La esencia de la Astrología Evolutiva
1) Evolución
La manera más simple de validar la ley natural de la evolución se basa en la experiencia humana universal según la cual todos nosotros sabemos que nos encontramos en un estado continuo de devenir. Esto no está en función de una creencia, no es algo en lo que sea necesario creer. Es simplemente un hecho dado.
Por supuesto, cualquiera de nosotros puede observar la ley natural de la evolución en incontables formas, en la totalidad de la Creación. Podemos observarla en la evolución de la forma de vida humana. Podemos observarla en la vida de las plantas y los animales. Podemos observarla a través de los cambios fundamentales producidos a lo largo de grandes extensiones de tiempo en la Tierra misma como un planeta en evolución. Podemos observarla a través de los telescopios apuntando lejos, hacia afuera, hacia los universos. Podemos incluso observarla incluso al nivel molecular de la vida.
La evolución puede reducirse a y significar, el cambio de forma, el cambio de estructura, el cambio de la energía, cualquier tipo de cambio. La sola palabra cambio implica la evolución.
La evolución está siempre precedida por otra ley natural llamada involución. Lo que esto significa es que para que pueda tener lugar el cambio o la evolución en alguna estructura, forma, patrón de energía, dinámica, etc., siempre será precedida por una involución, lo que simplemente quiere decir el fin o la destrucción de algo que pre-existía.
Aquello que pre-existe, cuando la evolución o el cambio se vuelven necesarios, implica y significa que algo en lo pre-existente, una dinámica, estructura, etc., está promoviendo un estado de estancamiento o no-crecimiento. En todas las formas de vida, en todo lo que existe como fenómeno dentro de la totalidad de la Creación, existe otra ley natural llamada de la supervivencia. Cuando esta ley natural se ve activada o estimulada, por la razón que sea, siempre ocasionará la acción de la ley natural de la involución conducente a la evolución, a fin de que pueda tener lugar la supervivencia de esa forma de vida, estructura, etc.
Las leyes naturales de la evolución y la involución se manifiestan de dos modos. Un modo es la manifestación de procesos de cambio lento, progresivo, no-cataclísmico. Darwin llamó a esto la ley natural de la uniformidad. El otro modo, por supuesto, es el cambio cataclísmico, en el cual la naturaleza misma del proceso de involución que lleva a la evolución es intenso y muy abrupto.
Esto es muy diferente que la evolución reflejada en la ley natural de la uniformidad, que permite el cambio gradual a lo largo del tiempo. La evolución cataclísmica crea un cambio repentino que es inmediato y completo.
De nuevo, estas dos formas naturales de evolución son observables por cualquiera, como hechos, sin necesidad de ninguna creencia. La ley natural de la evolución y la involución se correlacionan astrológicamente con Plutón.
2) El Alma
La palabra Alma ha exisitido en casi todos los sistemas de lenguaje humano que han habido en la Tierra. Entonces, ¿qué es?
¿Podemos abrir el cerebro y encontrarla? Obviamente, no podemos. Pero tampoco podemos, por ejemplo, abrir el cuerpo físico y encontrar una emoción. Sin embargo, sabemos que todos tenemos emociones.
¿Podemos abrir el cerebro y encontrar el pensamiento? No. Sin embargo, todos sabemos que tenemos por lo menos uno o dos pensamientos en la cabeza.
¿Podemos abrir el cuerpo y encontrar la tristeza, o la depresión, o la felicidad, o el amor? No. Sin embargo todos sabemos que estas cosas existen en nuestro interior.
Así, obviamente, estamos tratando con la naturaleza de la energía. El Alma es energía, la cual no es diferente de la energía de la conciencia misma. Otra vez, no podemos abrir el cerebro y encontrar la conciencia. La conciencia es para los científicos uno de los más grandes misterios
de todos, ya que no pueden explicar su origen, ni siquiera cómo llegó a existir.
La conciencia se correlaciona astrológicamente con Neptuno. Este es exactamente el punto de partida de lo que llamamos religión y filosofía: la necesidad humana de contemplar y considerar, parte del deseo de saber de dónde venimos y por qué.
A la vez este deviene el factor causal de las creencias, en cuanto las creencias son resultado de la ponderación por el ser humano sobre el origen de la vida misma. Pero, ¿hay alguna diferencia entre las creencias y realmente saber? ¿Existe un modo de saber las respuestas a la grandes preguntas cósmicas, en vez de necesitar creer en una respuesta? La noticia feliz es que sí existe.
Por ejemplo, por el hecho desnudo de que hay una Creación manifestada, como hecho, tienen que haber VERDADES QUE EXISTEN INHERENTEMENTE debido al hecho de la Creación manifestada en primer término. Por el hecho de su existencia, la mayoría de nosotros podemos fácilmente razonar que tiene que haber algo que es el origen de la Creación. En lenguaje genérico podríamos llamar a esto el origen De Todas Las Cosas, o La Fuente, y en terminología religiosa es llamado Dios o la Diosa.
La conciencia es ciertamente parte de la Creación manifestada. Existe. Aquello que es el origen de la conciencia, por sí mismo, debe también ser consciente. De este modo, la totalidad de la conciencia emana de esta Fuente.
Como hecho observable todos sabemos que la conciencia se encuentra en todas las cosas; todas las formas de vida. Y todas estas formas de vida tienen la apariencia de existir separadas de las demás formas de vida, sin embargo, están simultáneamente conectadas con ellas; dos plantas, una próxima a la otra, aparecen separadas, sin embargo están simultáneamente conectadas la una a la otra por el simple hecho de ser plantas. Por lo que, por un lado, está el aspecto individualizante de la conciencia; sin embargo, por el otro lado, está el aspecto universal de la conciencia, que liga juntos todos los aspectos individualizantes de la conciencia.
La Ola y el Océano
Otra manera de ilustrar esto es la famosa historia de la ola y el océano. La mayoría de nosotros estará de acuerdo en que el océano es el origen de la ola. Sin embargo, desde el punto de vista de la ola, si el aspecto individualizante de la conciencia se centra en ella, la ola aparece y parece separada. En otras palabras, si el centro de gravedad de la conciencia está centrado en la ola, entonces, desde ese centro de gravedad la ola aparece, y es experimentada, como algo separado de su propia fuente-el océano.
Al contrario, si el centro de gravedad dentro de la conciencia es el océano mismo, entonces el océano simultáneamente experimenta su totalidad, al mismo tiempo que experimenta el aspecto individualizante de sí mismo, manifestado en la ola que emana de él.
Exactamente del mismo modo, entonces, la Conciencia Universal, que es el origen de toda conciencia, ha creado y manifestado la totalidad de la Creación manifestada. La que, por supuesto, incluye al ser humano y la conciencia que existe en él.
En la conciencia humana existe un aspecto individualizante natural. Este aspecto individualizante se produce como el resultado natural de que la forma de vida humana posee una forma distinta e individual respecto a su raíz-la forma de vida humana como una semilla, por así decirlo, que produce muchas otras ramas-lo que no es diferente que el océano y la ola. Así, cada forma de vida humana posee su propia conciencia individualizante, que se llama Alma.
El Alma, entonces, es una conciencia o energía inmutable, que naturalmente es parte de la Conciencia Universal que la creó en primer término. Aquí, inmutable significa que no puede ser destruida. ¿Por qué? Porque la energía nunca puede destruirse, solo puede cambiar de forma – evolucionar.
Entonces, ¿cómo evoluciona el Alma?
¿Qué dinámicas le son inherentes que son la causa de su propia evolución? Dentro de todas las Almas humanas existen dos deseos antitéticos, siendo que EL DESEO ES LO QUE DETERMINA LA EVOLUCIÓN.
Un deseo es el de RETORNAR a aquello que es nuestro origen, y el de toda la Creación en primer término.
Y el otro deseo es el de SEPARARSE de Aquello que es El Origen De Todas Las Cosas.
Esta simple dinámica interior de Alma es también la causa o ley natural, de la libre voluntad, o libre albedrío. La evolución de Alma simplemente se basa en la progresiva eliminación de todos los deseos de separación, con la exclusión sólo del único deseo que puede persistir: el de retornar al Origen De Todas Las Cosas. Esto no requiere en absoluto de ningún sistema de creencias, ni pertenecer a ninguna religión. Esta simple verdad, por ser función de la ley natural, puede ser validada por cualquiera a través de su propia experiencia de vida. ¿No es cierto, por ejemplo, que cualquiera de nosotros puede tener cualquier deseo de separación imaginable? Por ejemplo, el deseo de una o un nuevo amante, un nuevo puesto de trabajo o un avance en su carrera, una nueva posesión, etc. Y podemos tener la habilidad para que se manifieste aquello que deseamos. Y cuando lo conseguimos, de hecho tenemos un sentimiento de satisfacción por haber logrado aquello que deseamos. Pero ¿qué es lo que, pronto, lo reemplaza? ¿No es un sentimiento de insatisfacción, el sentimiento de que “hay algo más”? Precisamente este sentimiento de insatisfacción, el sentimiento de algo más, hace eco del deseo último, el de retornar al Origen De Todas Las Cosas-el único deseo que nos traerá esa satisfacción definitiva. Todos tenemos esta experiencia universal.
Entonces, ¿cómo podemos saber, independientemente de un sistema de creencias, que de hecho existe una Fuente Última?
El ser humano supo hace mucho, mucho tiempo, antes de que se manifestaran las religiones y complejas cosmologías, a través de la contemplación interior, de la “mirada” interior, que, cuando la respiración del cuerpo, la inhalación y exhalación, se vuelve muy ligera, hasta incluso detenerse, se presentaba en el interior de su conciencia una LUZ. Esto se produjo como una función natural de la respiración al hacerse superficial o detenerse. Naturalmente.
Mucho más tarde en la historia humana esto será llamado el famoso tercer ojo. Y es esta misma Luz que simbolizaba, y conectaba con, la conciencia individual reflejada en el Alma con la Conciencia Universal que es El Origen De Todas Las Cosas. El ser humano también aprendió hace mucho tiempo que al fusionar su propia conciencia individual, o Alma, con aquella Luz, su conciencia se expandía de tal manera que la conciencia individual se volvía Universal, y que entonces era capaz de de experimentar conscientemente la Fuente Última de Todas Las Cosas: la ola que retorna al océano.
Aquí el punto, nuevamente, es que cualquier ser humano puede saber y validar estas leyes naturales mediante su propia experiencia, lo que no requiere ningún tipo de sistema de creencias. La clave para hacerlo, de nuevo, es progresivamente aligerar, o incluso detener, la respiración.
Cualquiera puede hacer esto. Si dudan de esto, o se preguntan cómo es posible, simplemente prueben el siguiente método: al inhalar simplemente afirma mentalmente el número “uno”. Al exhalar simplemente afirma mentalmente el número “dos”. El ‘secreto’ aquí es concentrarse tan intensamente como puedan en los números uno y dos. Este acto de concentración, intensificado por el deseo manifestado como voluntad, progresivamente produce que la respiración se vuelva cada vez más ligera, o incluso se detenga.
Recuerden que la conciencia es energía y que no puede ser destruida. Sólo pude cambiar de forma. Por ello, contrario a lo que alguien pudiera pensar, cuando la respiración se detiene esto no significa que se vaya a morir. La conciencia NO depende de la forma humana. Cuando la respiración se detiene, la LUZ interior, intrínseca a la conciencia, pronto comienza a aparecer. Al hacerlo, simplemente avanza hacia dentro de ella mediante al acto consciente de entregarte, de rendirte. Rendirte a ella permitirá entonces una fusión de tu propia conciencia con la Conciencia Universal, simbolizada por la Luz. CUALQUIERA PUEDE HACER ESTO Y ENTONCES, CONOCER POR SÍ MISMO ESTA LEY NATURAL.
La Ley Natural de la Respiración
Es esta ley natural de la respiración, cuando es detenida o profundamente aligerada, lo que ha permitido a todos los grandes maestros de siglos relativamente recientes, en comparación con todo el tiempo que el ser humano ha estado en el planeta, decir, domo Jesús: “Cuando tu ojo se vuelve uno, el cuerpo entero se llena de luz”.
Simbólicamente hablando, nuestros dos ojos físicos se correlacionan con los dos movimientos respiratorios: inhalación y exhalación. Son la inhalación y exhalación respiratorias las que mantienen la conciencia individual totalmente imbuida y enredada en la dualidad, o polaridad, de la vida misma.
Placer y aversión, felicidad y tristeza, amor y odio, etc., etc., se correlacionan con, y demuestran esta ley natural. Los números uno y dos se correlacionan con la ley natural de la finitud y la dualidad: la causa y el efecto. Sin embargo, entre el uno y el dos existe un intervalo, o cero. El intervalo, o cero, se correlaciona con la Conciencia Universal, o infinito. Así, cuando la respiración se detiene o se vuelve muy, muy ligera, el intervalo es percibido.
Y lo que es percibido con el ojo único, o lo que se ha llamado el “tercer ojo” que existe naturalmente al interior de la conciencia, y a lo que se puede acceder y con lo que es posible fundirse, es nuestra Alma. Cuando esto ocurre, la ley de la dualidad cesa de existir. Se obtiene una satisfacción última. El Alma se correlaciona astrológicamente con Plutón.
Desde el punto de vista de las leyes naturales, es interesante notar que, históricamente hablando, las matemáticas avanzadas como el álgebra, la trigonometría, la física cuántica, etc., no pudieron desarrollarse hasta contar con la idea o concepto del cero. Esto se produjo en el siglo tercero d.C. en la India. Fueron los matemáticos de la India que concibieron el número cero. Y, por supuesto, desde el punto de las cosmologías, esto ocurrió como extensión directa de su comprensión natural del origen de la Creación: a partir de la nada, o del cero, se produjo la Creación manifestada: la manifestación de lo no manifestado, la causa sin causa.
3) El Ego
En la forma humana, el Alma manifestará lo que se conoce como el ego. El ego se correlaciona astrológicamente con la Luna. También el ego es pura energía. No podemos abrir el cerebro y encontrarlo.
A diferencia de la energía del Alma, que se sostiene de vida en vida hasta ocurrir la fusión final con La Fuente, la energía del ego en cualquier vida se disuelve al término de esa vida física.
La analogía de la ola y el océano sirve nuevamente para ilustrar este punto. El océano puede ser igualado con el Alma, y la ola puede ser igualada con el ego. Es por supuesto el océano (Alma) el que manifiesta las olas (ego), vida tras vida. Y tal como las olas se levantan y caen en cualquier vida dada que el Alma manifiesta, el océano se sostiene. En otras palabras, los egos que el Alma manifiesta en cada vida se levantan desde el nacimiento, pero finalmente se disuelven de vuelta en el océano (Alma) al completarse esa vida. Su energía no se destruye, sino que es simplemente absorbida de vuelta en la energía que la creó inicialmente. El ego creado por el Alma de este modo permite la acción en cada vida del aspecto individualizante del Alma.
El Ego como vehículo de la evolución
En cada vida el ego es creado por el Alma de tal manera que sirva como el vehículo a través del cual las intenciones evolutivas del Alma puedan tener lugar en esa vida. Cada ego que el Ama crea se orienta hacia la realidad de tal modo que la naturaleza misma de esa orientación sirva como el vehículo a través del cual las lecciones de la vida puedan tener lugar y ser comprendidas por el Alma. En cada vida, el ego permite que exista una auto-imagen del Alma, en su aspecto individualizante.
Una analogía con un proyector de películas ilustrará este punto. Si tengo un proyector de películas cargado con un carrete de film, y una pantalla enfrente del proyector, y enciendo esta máquina que generará luz desde su interior, no tendré una imagen clara y distinta en la pantalla a menos que tenga un lente en el proyector. Sin el lente, lo que se manifestará desde el proyector no será más que luz difusa. Así, el lente sirve como un vehículo, a través del cual las imágenes en el film pueden ser enfocadas y tener una forma definida y distinta.
De la misma forma, el ego que el Alma genera en cada vida permite que exista un vehículo, o un lente, a través del cual las imágenes inherentes que existen en el Alma pueden tomar forma. Esta ley natural de la conciencia es, de este modo, la causa que permite la auto-percepción individual y la misma palabra “yo”.
El Alma, Plutón, también se correlaciona con el código genético –ARN y ADN, cromosomas y enzimas. En cada vida, el Alma es la DETERMINANTE DEL CÓDIGO GENÉTICO COMPLETO DE LA VIDA, DE LA FORMA HUMANA EN QUE SE NACE.
Cada vida que el Ama elige es la continuación de aquella que ha tenido lugar antes, de modo que cada nueva vida iniciada se correlaciona con las lecciones e intenciones en curso de esa Alma. Así, el tipo de cuerpo, lo que incluye la raza en que nacemos; la apariencia; la cultura en que nacemos; los padres de origen; la naturaleza individual y específica de las emociones, sentimientos, la psicología, los deseos, etc. se correlacionan con las intenciones del Alma reflejadas en el código genético en total, en cada vida.
A todo esto luego damos forma individual en cada vida, vía la estructura egocéntrica (Luna) que el Ama crea en esta vida. Así, todos pueden decir cosas como “esto es lo que yo soy”, “esto es lo que necesito”, “esto es lo que estoy sintiendo”, “esto es lo que estoy tratando de aprender”; etc.: el aspecto individualizante del ego que el Alma crea en cada vida.
El Plano Astral
Cuando tiene lugar la “muerte” en cualquier vida, como dijimos antes, el ego que el Alma ha creado para esa vida se disuelve de vuelta a su origen: el Alma. Dado que ambos son energía, y que la energía no puede destruirse, ¿a dónde va el Alma tras la muerte física, del cuerpo? En otras palabras, ¿adónde va, en términos energéticos?
La mayoría de nosotros ha oído las palabras “el plano astral”, o el cielo el infierno. Obviamente, a lo que se refieren este tipo de palabras es a otras realidades o planos de existencia. De hecho hay otras realidades o planos de existencia. Hablando simplemente, el plano astral es un plano energético de existencia al cual van todas las Almas tras completar las vidas físicas en lugares como la Tierra. Energéticamente, este plano de existencia es mucho menos denso materialmente que los lugares como la Tierra.
Tras la muerte física el Alma “va” al plano astral, a fin de revisar la vida que se acaba de vivir, y prepararse para un nuevo nacimiento en lugares como la Tierra. Al completarse una vida en la Tierra, en “ego” se disuelve de vuelta en el Alma de manera que el centro de gravedad de la conciencia, en el plano astral, es el Alma misma. Para la mayoría de quienes viven vidas en el plano material que llamamos la Tierra, el centro de gravedad de la conciencia es el ego. Esto es el por qué la gran mayoría de las personas sienten en su vida, dentro de sí, que están separadas de todo lo demás, siendo el centro de gravedad el “yo” egocéntrico. En el plano astral el centro de gravedad se desplaza al Alma misma, de una manera en que, una vez tiene lugar la muerte en cualquier vida, se mantiene una “memoria” del ego de esa vida.
Vidas por venir
Esta memoria del ego es necesaria para el Alma, por cuanto es una memoria que permite al Alma no sólo revisar la vida que acaba de vivir, sino que también sirve de base para la siguiente vida a ser vivida, en el contexto de la continuación de evolución del Alma. En cada vida, cada uno de nosotros retoma en el punto en que antes quedó. Así, esta memoria de ego en cada vida sirve como factor causal del tipo de estructura egocéntrica que el Alma necesita crear en la vida siguiente. En esencia, es esta memoria del ego y las “imágenes” que contiene lo que servirá al Alma de base para el siguiente ego que el Alma necesita generar en cada vida sucesiva para promover la continuación de su evolución.
Hablando astrológicamente, esto está simbolizado por Plutón (el Alma), y los Nodos Sur y Norte de la Luna. El Nodo Sur de la Luna se correlaciona con las memorias egocéntricas del Alma, que determinan la posición natal de la Luna en cada vida-el ego actual.
El Nodo Norte de la Luna se correlaciona con el ego en evolución del Alma –la naturaleza y tipos de experiencias internas y externas que el Alma necesita, desea, a fin de facilitar su evolución en curso. A su vez, esto va a constituir las “nuevas” memorias egocéntricas e imágenes a las que el Alma va a recurrir una vez que se haya vivido una vida, al terminarse ésta con la “muerte” física.
La mayoría de nosotros estamos conscientes de que la Luna también se correlaciona con la familia de origen en cualquier vida dada. Debe estar claro que al llegar la “muerte” del cuerpo físico, el Alma “va” al plano astral, y se encuentra de nuevo con miembros importantes de su familia, y otros seres cercanos al Alma. Este es el por qué de que muchas Almas continúan encontrándose de nuevo con aquellos miembros de sus familias al renacer en una nueva vida física en lugares como la Tierra. Es la memoria del ego combinada con la memoria de la familia que determina este fenómeno. Y este fenómeno se mantiene hasta que ya no haya ninguna necesidad evolutiva ni kármica de mantener estas relaciones.
4) Las Cuatro Condiciones o Estados Evolutivos
Un principio muy, muy importante a considerar concierne a las cuatro condiciones o estados naturales evolutivos en la evolución de un Alma.
Uno de los grandes problemas de la astrología “moderna” es su total ignorancia de esta ley natural. Como resultado, gran parte, si no toda la comprensión astrológica entra en la categoría de la aproximación “una talla para todos los portes (one size fits all)”. Esta aproximación hace un mal servicio no sólo a la astrología en general, sino también a las personas que intenta ayudar.
Esta aproximación va contra el sentido común y contra la vida misma. Es como decir que si hay una cuadratura de Venus con Plutón, el “significado” es el mismo para todos. Este enfoque no toma en cuenta el CONTEXTO INDIVIDUAL de nada.
Recordemos una verdad fundamental de la astrología: sólo opera respecto al contexto observado. Si la aproximación “una talla para todos los portes” fuera verdad, por ejemplo, cuando Urano transitó por Piscis en los años 1920, los mismos temas sociales se habrían presentado en todo el planeta. En realidad, ello no fue así, debido al contexto individual. En el contexto de Alemania, por ejemplo, luego de la Primera Guerra Mundial, se manifestó como una ruptura casi total del orden social en que, literalmente, era necesario acarrear bolsas llenas de dinero sólo para comprar un poco de pan. Sin embargo, al mismo tiempo, en los Estados Unidos se manifestó como “los locos años 20” debido al contexto norteamericano en ese tiempo. En esencia, el fenómeno se alimentó por la “invención” de la tarjeta de crédito sin garantía.
Otra vez, la evolución del Alma se basa en la eliminación progresiva de todos los deseos de separación, exceptuando el único deseo que puede permanecer: el de volver a “casa”, al Origen Primero de Todas las Almas.
Basadas en esta ley natural, hay cuatro condiciones evolutivas naturales, con tres subdivisiones en cada una, que se correlacionan con el viaje evolutivo del Alma. Y, de nuevo, si dudan de esto, simplemente abstráingase de una forma Uraniana (esto es, desapegada), respecto a la sociedad, el país, la cultura, o la tribu, y obsérvenla.
En base a la observación, cualquier observador desapegado será capaz de notar estas cuatro condiciones evolutivas naturales. Estas son las siguientes:
(1) el estado ‘Difusamente Evolucionado’. Aproximadamente entre el tres y el cuatro por ciento de todas las Almas se encuentran en lo que previamente hemos llamado el estado “difusamente evolucionado”. Esto puede significar dos cosas. O bien se trata de Almas que están evolucionando de entrada en la forma de conciencia humana desde otras formas de conciencia tales como los animales o las plantas. O bien de Almas que ha involucionado de vuelta a esta condición debido a causas “kármicas”.
(2) el estado de ‘Consenso’. Son las Almas que han evolucionado hasta lo que puede llamarse el estado de evolución de “consenso”, que comprende aproximadamente el setenta por ciento de todas las Almas sobre el planeta en este tiempo.
(3) el estado ‘Individuado’ de evolución, en que el término “individuado” es usado el sentido jungiano de la palabra. Comprende aproximadamente el veinte por ciento de todas las Almas, y
(4) el estado ‘Espiritual’ de evolución que comprende aproximadamente entre el cuatro y el seis por ciento de todas las Almas sobre el planeta.
Es extremadamente importante comprender que ningún astrólogo puede determinar la condición evolutiva de un Alma sólo mirando la carta natal. El astrólogo debe observar e interactuar con el cliente a fin de poder hacer esta determinación.
Una buena forma de hacer esto en la situación de consulta cuando un cliente ha llegado a ver al astrólogo es, simplemente, preguntarle por qué está ahí, y qué preguntas tiene. Generalmente, la naturaleza misma de las preguntas dará la clave al astrólogo sobre cuál es la condición evolutiva del cliente. Por ejemplo, si un cliente pregunta “cuándo puedo esperar iluminarme”, y otro pregunta “cuándo tendré mi nuevo BMW”, claramente hay una diferencia observable que refleja el nivel de la progresión evolutiva del Alma.
(1) el estado ‘Difusamente Evolucionado’: Las Almas que están evolucionado de entrada en la forma de conciencia humana, típicamente animales y plantas (las plantas y los animales tienen esencialmente los mismos sistemas “emocionales” y “nerviosos” que los humanos), se caracterizan por una auto-conciencia muy limitada.
Esa autoconciencia se limita al tiempo y el espacio que personalmente ocupan. Cuando se mira a estas Almas a los ojos típicamente expresan una “densidad” en las pupilas, como si estuvieran cubiertas por una película. Estas Almas son típicamente my alegres; muy, muy inocentes; y pueden traer mucho amor a aquellos que están cerca de ellos. La terminología moderna para hablar de este tipo de Almas incluye palabras como cretinismo, muy bajo C.I., mongólicos, retardados mentales, etc.
El deseo principal de este estadio evolutivo es el deseo de ser “normal”, y aquí normal significa ser parte de la mayoría de la gente: el estado de consenso.
A la inversa, puede ocurrir, debido a causas “kármicas”, que las Almas involucionen: lo que significa que tales Almas se ven forzadas de vuelta a este estado. Esto se vuelve muy problemático para estas Almas, porque previamente habían evolucionado más allá de esta condición. Por ello, tales Almas experimentan ahora grandes y humillantes “limitaciones” debido a esta involución. Como resultado, estas Almas están muy, muy enojadas, y algunas pueden crear graves problemas para otras personas. Estas Almas también pueden ser “clasificadas” de acuerdo a la terminología moderna antes mencionada. Pero la gran diferencia se puede notar al mirar en la pupila de los ojos de estas Almas, en que se notará una gran luz blanca que aparece como atravesando la pupila. Y en esa luz puede sentirse la intensa rabia que hay dentro de esas Almas.
5) El Estado de Consenso
Astrológicamente hablando, este estado se correlaciona con Saturno, debido al deseo subyacente de conformarse al consenso de cualquier sociedad, cultura, país, o tribu. Así, la orientación total de tales Almas a la realidad, incluyendo sus valores, el sentido de significado de la vida, sus morales, costumbres, normas, tabúes, criterios de qué correcto e incorrecto, etc., son simplemente extensiones de los consensos predominantes de cualquiera sea la sociedad en que nacieron.
En esencia, la “realidad” para tales Almas es meramente una extensión del condicionamiento externo producido por el consenso de cualquier grupo. No pueden salirse de la cajita, por así decirlo. Por ejemplo, si un científico afirma que la “astrología es un fraude”, entonces todos quienes se encuentran en el estado consensuado tendrán la misma opinión.
Dentro del estado de consenso, tal como en los otros estados, hay tres subdivisiones que tomar en cuenta, cada una de las cuales refleja la evolución en curso de un Alma a través de la condición evolutiva, que luego llevará a la siguiente condición evolutiva con sus tres subdivisiones, hasta que la “liberación” final del Alma se produzca, al agotarse todos los deseos de separación, reflejado finalmente en la tercera subdivisión del Estado Espiritual de evolución.
La evolución se produce a través de cada estado mediante el agotamiento de todos los deseos que son intrínsecos a la naturaleza de ese estado o condición evolutiva.
Dentro del estado de consenso, el deseo raíz que impulsa la evolución del Alma, desde la primera hasta la tercera subdivisión, se caracteriza por el deseo de “prosperar” o “avanzar hacia una posición más ventajosa” en el sistema, es decir, respecto a la sociedad de consenso a la que pertenecen.
a) Las Almas dentro del primer sub-estadio del estado de consenso están caracterizadas por una auto-conciencia que está limitada, esencialmente, al tiempo y el espacio que ocupan; una conciencia limitada de las dinámicas de la comunidad de la que forman parte; una conciencia aún más limitada de las dinámicas del país en que viven. Y, sin embargo, son increíblemente pretenciosos respecto a la corrección de su saber sobre los valores, moralidades, o la religión del consenso de su sociedad de nacimiento, sobre cómo interpretar la vida de acuerdo con esas creencias, o sobre los juicios emitidos con base a esas creencias, etc.
Simplemente no les resulta posible separarse de todo esto. Es como si fueran autómatas sociales. Una analogía adecuada para estas Almas es la de las abejas en la colmena. Típicamente, están en el estrato social más bajo de sus sociedades de nacimiento.
b) Al evolucionar estas Almas a partir del deseo de “prosperar”, llegan al segundo sub-estadio de la condición de consenso, por cuanto su deseo raíz les llevará a querer más de la sociedad que sólo permanecer en su estrato más bajo. Estas Almas perciben, desde el punto de vista del estrato más bajo, que hay otros que tienen más que ellos.
Esta percepción está más o menos limitada a otros que tienen más posesiones, o más grandiosas, posiciones sociales que ellos no tienen, mayor “libertad” social, etc. Sin embargo esa percepción limitada alimenta el deseo raíz de “avanzar hacia una posición más ventajosa” y tener más. A fin de que este deseo se logre deben aprender más sobre cómo funciona la sociedad y sus dinámicas. Requiere una expansión de la conciencia personal para que se produzca este aprendizaje. Es este simple hecho de la necesidad evolutiva de expandir su conciencia lo que impulsa la evolución del Alma hasta el segundo sub-estadio de la etapa de consenso.
Aquí se vuelve necesario para el Alma aprender cada vez más sobre la naturaleza de la sociedad, a fin de usar el sistema social para su propia ventaja evolutiva-“prosperar”. La “realidad”, para tales Almas, está aún totalmente definida por el consenso de la sociedad: sus valores, morales, religiones, juicio, criterios de qué es correcto e incorrecto, etc. Sin embargo por el deseo de prosperar, el Alma debe expandir su conciencia a las dinámicas que estructuran la sociedad de que forma parte: sus reglas, regulaciones, qué se requiere para actualizar sus ambiciones, etc.
El Alma, de este modo, toma conciencia cada vez mayor de los demás, de la comunidad de que forma parte, del país en que vive. Esta expansión de la conciencia también incluye comenzar a tomar conciencia de otros países y sus diferencias en los valores, morales, religiones, etc. Así, la auto-conciencia se expande debido a la conciencia de los “otros”, en relación con el deseo de prosperar. Este estadio evolutivo se correlaciona con la “clase media” dentro del orden social de cualquier sociedad.
c) Al evolucionar el Alma a través de este estado en forma creciente se da cuenta del estrato superior de la sociedad, de aquellos que están en posiciones de poder y liderazgo, de aquellos que poseen gran abundancia material, y como resultado, el deseo de avanzar hacia posiciones más ventajosas alimenta el avance evolutivo hacia el tercer sub-estadio dentro del estado de consenso.
Para que el Alma pueda evolucionar hasta el tercer sub-estadio dentro de la condición de consenso, se demanda una conciencia que sigue expandiéndose respecto a cómo opera la sociedad en total. Debido a esto, la conciencia personal se expande por la necesidad evolutiva a fin de que los deseos del Alma (definidos por la ambición de prosperar) puedan lograrse.
La conciencia personal del Alma se ha expandido ahora hasta el punto en que llega a ser muy consciente de la totalidad de la comunidad y la sociedad a que pertenece, y de país en que vive. También existe una conciencia progresiva sobre otros países, otras culturas, y la relatividad de las moralidades, valores, religiones, etc., propias de esos otros países o culturas.
Pese a esta conciencia progresivamente expandida, ello no significa que el Alma en este tercer sub-estadio considere a los demás países, valores, creencias o religiones, equivalentes a los de su propia sociedad o país de nacimiento. De hecho, se mantiene dentro de este tercer sub-estadio, la pretensión de corrección nacida de la conformidad (el marco subyacente en todo el estado de consenso): nosotros estamos en lo correcto, ellos están equivocados. En total, el estado de consenso se correlaciona con lo que se denomina “nacionalismo”.
En este sub-estadio de la condición de consenso el Alma desea estar “en la cima” de la sociedad; ocupar posiciones de importancia social y relativo poder, prestigio y abundancia material-los políticos, los Gerentes Generales de las corporaciones, puestos importantes en el mundo de los negocios, líderes religiosos de las religiones predominantes , etc. Como resultado, estas Almas constituyen el “estrato alto” de la sociedad.
En tanto el Alma evoluciona a través de este último sub-estadio finalmente agota todos los deseos que son inherentes en el estado de consenso. Como resultado, el significado mismo de la vida se va perdiendo, en tanto estos deseos dejan de tener cualquier significado. Al final del viaje por este estado el Alma llega a plantearse la cuestión: “en la vida tiene que haber algo más que esto”.
Esta pregunta implica un alienación que comienza a surgir respecto al consenso, desde la vida normal” definida por el consenso. Es esta alienación que surge desde la normalidad definida por el consenso de cualquier sociedad que se gatilla el comienzo de un nuevo deseo que impulsará al Alma hacia el Estado Evolutivo Individuado: el deseo de liberarse de todo el condicionamiento externo que previamente ha definido el sentido de realidad del Alma en general, y específicamente su sentido de identidad, o individualidad.
6) El Estado Individuado
En términos astrológicos, el estado individuado se correlaciona con Urano, por cuanto el Alma ahora desea liberarse o rebelarse contra el estado de consenso respecto al que ahora evoluciona alejándose de él. En vez de que el Alma quede definida por el consenso sobre cómo moldear su sentido de la realidad en general, y su identidad personal específicamente, el Alma desea ahora descubrir quién y qué es, en forma independiente de ese condicionamiento.
Antes señalamos que si el Alma estaba en el estado de consenso y el científico declaraba que “la astrología es un fraude”, ésta sería automáticamente la creencia de estas Almas en el estado de consenso. Si el mismo científico declara esto a un Alma en el estado individuado, la respuesta más bien sería “no gracias, prefiero pensar por mi cuenta”.
Las Almas en este estado evolutivo se siente interiormente “diferentes”: diferentes de la mayoría de la sociedad y país de nacimiento. Debido al deseo de liberarse del consenso, la conciencia del Alma en este estado se expande progresivamente para incluir todos mayores, marcos de referencia cada vez mayores.
Esta expansión de la conciencia comienza porque el Ama no pude ya identificarse con el consenso de la sociedad de nacimiento. Como resultado el Alma siente ahora un progresivo desapego respecto a la sociedad: como si estuviera afuera, mirado hacia dentro. Esto permite al Alma “objetivarse” en cuanto a su conciencia personal y auto-percepción.
Al rebelarse contra las creencias, valores, morales, el significado de la vida, etc., del consenso, el Alma comienza a cuestionar aquello que la mayoría de las personas asumen y acarician respecto a qué es la realidad, etc.
Como resultado, el Alma comienza a experimentar, mediante la investigación de otras maneras de mirar y de comprender la naturaleza misma de la vida. Esto es un reflejo del pensamiento independiente que caracteriza este estado evolutivo. Y es a través de este pensamiento y esta investigación independiente de todo tipo de formas distintas de entender la vida, incluyendo las ideas, creencias, y filosofías de otras tierras, otras culturas, lo que permite una expansión siempre en aumento de la conciencia, y en consecuencia, de la auto-conciencia. Como resultado de esto, estas Almas ya no se sienten “en casa” en su propia tierra, en su país de nacimiento.
a) En el primer sub-estadio del estado individuado, el Alma típicamente intentará compensar su sentimiento de ser diferente o de no pertenecer al consenso, y el sentimiento de alienación, tratando de parecer normal. Esta compensación lleva a que el Alma estructure su realidad exterior de forma muy similar a las Almas en el estado de consenso: trabajos normales, amigos normales, apariencia normal, etc.
Sin embargo, internamente sienten y saben que ya no pueden identificarse con esta realidad compensatoria que intentan sostener. Esta compensación se manifiesta en este sub-estadio debido a que el Alma acaba de salir, precisamente, del consenso. Así, provee una sensación de seguridad, respecto al sentimiento de estar desapegado y ser diferente. Debemos recordar que para la mayoría de las personas la sensación de seguridad es una función de la constancia, de la auto-consistencia. Y la auto-consistencia es una función del pasado. Como resultado, la compensación se manifiesta como una reacción a este sentimiento nuevo y creciente de ser diferente, de no pertenecer ya más al consenso. Este sentimiento crea una sensación de inseguridad en este primer sub-estadio, porque es totalmente nuevo. El Alma no ha estado aquí antes. Sin embargo este acto de compensación crea muy realmente el “estar viviendo una mentira”.
Incluso cuando tiene lugar este comportamiento compensatorio, el Alma, sin embargo, estará cuestionando todo en la profundidad de sí misma, en la privacidad de su vida interior. Típicamente leerá todo tipo de libros que contengan ideas que van más allá de la “norma” definida por el consenso. Muchos, dependiendo de sus posibilidades culturales, tomarán clases o harán talleres sobre estas ideas u orientaciones. Algunos buscarán entornos “alternativos” para encontrar y formar lazos con otros de mentalidad afín-otros que se sientan como ellos.
Esta conducta compensatoria progresivamente comenzará a ceder, a involucionar, en tanto el Alma evoluciona dentro de este sub-estadio. El Alma se distanciará progresivamente del consenso y comenzará a formar relaciones con otras Almas alienadas como ella misma. Debido a la necesidad de tener un trabajo o un empleo, la mayoría de estas Almas o bien harán cualquier tipo de trabajo para arreglárselas, sin identificarse de ningún modo con este trabajo, o bien actualizarán un trabajo individualista y simbólico de su propia individualidad.
b) En el Segundo sub-estadio del estado individuado, el arquetipo subyacente de Urano, en su relación con la rebelión, se encuentra en su máxima expresión. Esta rebelión es tan extrema que el Alma ahora ha “tirado lejos” casi todas las ideas o filosofías que antes haya tenido, sobre cualquier nivel de la realidad. Tales Almas terminan en una especie de vacío existencial, y típicamente se desconectan junto con otras Almas igualmente alienadas, lo cual tiene el efecto de reforzar el estado total de rebelión respecto a la totalidad de la realidad, con excepción de la realidad hora definida por ese vacío existencial.
Estas Almas exhiben ahora un profundo temor a integrarse en la sociedad de cualquier manera, un temor que les sugiere que si lo hacen, esa sociedad o realidad absorberá su duramente ganada (a lo menos así lo sienten) individualidad, que en esta etapa está definida por el acto de rebelarse.
Como resultado, estas Almas típicamente se agrupan en la vanguardia de la sociedad, arrojando bombas atómicas de crítica hacia la sociedad, a fin de reforzar su sentido de estar personalmente en lo cierto, que queda definido por la alienación respecto al consenso. Debido a la ley natural de la evolución (que siempre viene precedida por una involución), en algún punto estas personas se dan cuenta de que su temor a integrarse en la realidad, en la sociedad, no es más que eso: sólo temor. Una vez que toman conciencia de ello, comienzan a hacer el esfuerzo de integrarse de vuelta en la sociedad, pero con su individualidad intacta. Al tomar conciencia de esto, el Alma evoluciona hacia el tercer sub-estadio.
c) en el tercer sub-estadio del estado individuado, el Alma comenzará a manifestarse dentro de la sociedad o de la realidad como una persona verdaderamente única y dotada, desde el punto de vista del consenso.
Esto significa que tales Almas tendrán de algún modo algún don o capacidad única, para ayudar al mismo consenso a evolucionar, mediante la integración de esa capacidad o don dentro del consenso. Sin embargo estas personas no se sentirán interiormente identificadas con el consenso: interiormente están muy lejos de él. La conciencia de estas Almas progresivamente se ha expandido a través del estado individuado de tal manera que son conscientes del mundo entero y de la relatividad de las creencias, valores, morales, etc. Como resultado, se sienten interiormente “ciudadanos del mundo” mucho más que ciudadanos de su país de nacimiento.
La ponderación interior de la naturaleza misma de la existencia, la naturaleza de la Creación, la naturaleza de quién “realmente” son, define esencialmente la naturaleza de sus conciencias. Progresivamente, estas personas comienzan a abrir realmente sus conciencias a lo universal, el cosmos, a Dios/La Diosa. No el Dios definido por las religiones del consenso, sino el verdadero Dios/Diosa. Un ejemplo perfecto en la historia reciente de tales Almas es Albert Einstein. Otro sería Howard Hughes.
7) El Estado Espiritual
Astrológicamente hablando, este estado evolutivo se correlaciona con Neptuno, porque ahora el deseo raíz se vuelve el CONOCER, no sólo creer en, sino conocer y unirse con la Fuente De Todas Las Cosas: lo universal, Dios/La Diosa. Por este deseo raíz, la conciencia progresivamente se expande hacia lo universal, el cosmos, de tal manera que la naturaleza misma de la conciencia interior en el Alma se vuelve consciente del universo viviente de su interior: la ola en el océano, y el océano en la ola.
Progresivamente, en el estado espiritual de evolución, el centro de gravedad mismo se desplaza desde el ego subjetivo hacia el Alma. Una vez que el centro de gravedad se desplaza al Alma, entonces, en el contexto de cualquier vida dada el Alma es capaz de experimentar simultáneamente su individualidad específica reflejada en el ego, a la vez que experimenta al mismo tiempo estar centrada en el Alma-el océano que está consciente de las olas que manifiesta.
El Alma contiene dentro de sí las memorias de todas las vidas anteriores que ha vivido. Y el Alma tiene su propia identidad o ego. Esta identidad o ego no es lo mismo que el ego que el Alma crea en cualquier vida dada en lugares como la Tierra. El ego del Alma es una identidad “eterna”.
Una forma fácil para cualquiera de nosotros de entender esto es lo que tiene lugar cuando soñamos. Obviamente, cuando soñamos no estamos identificados con nuestro ego subjetivo. Después de todo, estamos “dormidos”. Cuando dormimos, el ego subjetivo se ha disuelto temporalmente de vuelta en el Alma. Entonces, la pregunta se vuelve ¿quién y qué está soñando el sueño? Obviamente, sólo puede ser el Alma, con su propio ego que así permite al Alma conocerse a sí misma como Alma eterna.
Otra forma de validar esto mismo se produce cuando algunas veces despertamos del sueño y no podemos inmediatamente “recordar” quién somos: el ego subjetivo, el “yo” de esta vida. Cuando esto ocurre, nos toma cierto esfuerzo recordar realmente al yo subjetivo. Entonces, otra vez, la pregunta se vuelve “¿quién y qué hace el esfuerzo de recordar al “yo” subjetivo de la presente vida? Obviamente, sólo puede ser el Alma.
Entonces, de nuevo, al avanzar la evolución en el estado espiritual, se produce un progresivo desplazamiento del centro de gravedad de la conciencia. Cuando este desplazamiento se afianza firmemente en el Alma, simultáneamente experimenta su “self” o ego eterno, y su ego subjetivo, y la individualidad que corresponde con él, que ha creado por sus razones e intenciones evolutivas en curso.
Esto es muy similar a lo que ocurre cuando estamos parados en la playa cuando el sol cae y en el momento en que el sol está mitad encima y mitad debajo del horizonte. En este estado de conciencia, el Alma está consciente desde dentro de sí misma de todas las vidas anteriores que ha vivido, y a la vez de la vida específica, y ego, que está viviendo.
Progresivamente, al avanzar la evolución en la condición espiritual, el Alma se vuelve consciente de La Fuente de Todas Las Cosas. Esto ocurre en tanto que la conciencia del Alma se vuelve de verdad universal: la experiencia interior del universo entero dentro de la propia conciencia individual. Este estado de “conciencia cósmica” permite tener la experiencia real del punto mismo de la Creación manifestada: la interface entre lo no-manifestado y lo manifestado. En tanto esto ocurre, el Alma se vuelve también consciente, luego, de todas las leyes naturales que gobiernan y se correlacionan con la naturaleza misma de la Creación.
En los estados más avanzados de evolución, el Alma, ahora completamente identificada con estas leyes naturales de la Creación, es capaz de armonizarse con estas leyes de tal modo de usar estas leyes según su voluntad conjuntamente con la Voluntad de Todas Las Cosas: aquello que es el origen de aquellas leyes naturales.
a) En el primer sub-estadio del Estado Espiritual, el Alma progresivamente se vuelve consciente de cuán pequeña es, debido a las dimensiones universales crecientes que se están abriendo en su conciencia. Esto es enormemente distinto de ser el centro del propio universo, como se refleja en estado de consenso, por ejemplo. Por sí mismo, esto tiene un efecto “humilizante” en el Alma, y luego, para el ego subjetivo actual, la Luna, que ha creado. Es exactamente este arquetipo naturalmente humilizante el que progresivamente permitirá el desplazamiento del centro de gravedad de la conciencia desde el ego subjetivo hacia el Alma misma, y finalmente, a la unión consciente con La Fuente De Todas Las Cosas.
Como resultado, progresivamente el Alma desea comprometerse a sí misma con el deseo de reunirse con La Fuente. Cuando esto va ocurriendo, el Alma progresivamente se compromete, en esta etapa, en prácticas espirituales de tipo devocional. Dentro de esto, el Alma desea dedicarse a las diversas formas de trabajo que se correlacionan con el servicio al todo mayor, al servicio a los demás de alguna manera.
Muchos querrán naturalmente orientarse a diversas formas de artes curativas o a formar “centros” enfocados de alguna forma en las artes curativas. El tema de fondo aquí es que el Alma desea realizar un trabajo en nombre de La Fuente De Todas Las Cosas, y usar el trabajo como un vehículo mediante el cual La Fuente pueda ser interiormente experimentada a través de la naturaleza de ese trabajo. En Oriente esto se llama Karma Yoga.
En este primer sub-estadio, el Alma se vuelve progresivamente consciente de todo lo que necesita mejorar en sí misma. Se produce un elevado estado de conciencia que vuelve al Alma consciente de todas sus imperfecciones y, como resultado, el Alma puede ahora volverse altamente auto-crítica. Pese a que esto es natural, crea también un peligro o trampa potencial para el Alma, en cuanto a que este elevado estado de auto-crítica puede llevar al Alma a sentir que no es “suficientemente buena” o que no está “lista” para hacer su tarea o trabajo, que internamente está dirigida a hacer.
Esto pone en movimiento la formulación de todo tipo de excusas, que siempre se manifiestan como argumentos perfectamente racionales, de por qué el Alma no hará lo que debería hacer en el momento en que debería hacerlo. La salida de esta trampa es darse cuenta de que el camino a “la perfección” se hace dando un paso a la vez.
Al avanzar la evolución a través de este primer sub-estadio, el Alma tendrá, en forma creciente, una percepción directa del “ojo único” o tercer ojo, que es inherente a la conciencia. Como resultado, esta percepción permite al Alma fusionarse con ese ojo único de tal modo que se producirán variados tipos y estados de consciencia cósmica, que llevarán al Alma al segundo sub-estadio dentro del estado espiritual.
b) el Segundo sub-estadio del estado espiritual: al evolucionar el Alma hasta este sub-estadio, ya ha tenido diversos tipos de experiencia de la conciencia universal o cósmica. Sin embargo, en este estado el desplazamiento definitivo del centro de gravedad de la conciencia del ego subjetivo al Alma aún está por producirse. En este estado el desplazamiento se manifiesta más como una banda de goma, en el cual el punto de gravedad sigue yendo hacia delante y hacia atrás entre en ego subjetivo y el Alma. El problema que esto genera es la progresiva experiencia interior en la conciencia de lo universal, cósmico, de la Fuente, alimenta al ego subjetivo de tal manera que el Alma se siente más evolucionada de lo que realmente es. Esto puede poner en movimiento en diverso grados de intensidad “ilusiones espirituales de grandeza” desde el punto de vista del ego y del Alma. Cuando esto ocurre, cada Alma sentirá tener una misión espiritual que cumplir en nombre de otros, o del mundo.
Es importante recordar al tratar de entender este sub-estadio que al acercarse el Alma más y más a la Fuente, La Luz, cualesquiera impurezas egocéntricas que permanezcan en el Alma deben ser purgadas. Como resultado, al acercarse el Alma a re-unirse con su propio Origen, estas impurezas se manifestarán en el ego subjetivo de la vida actual que el ego propio del Alma contiene.
Estas impurezas pueden ser muchas cosas, dependiendo de la naturaleza específica de cada Alma, pero todas las Almas en este sub-estadio comparten una impureza común: el “ego” del Alma que está aún identificándose a sí mismo de algún modo como “separado” de aquello que lo ha creado. Esta ilusión mantenida se verá reflejada en el ego subjetivo que el Alma crea.
Esta impureza común se verá luego exhibida en comportamientos psicológicos específicos que esencialmente llevan a estas Almas a apuntar el camino hacia ellas mismas como vehículo de salvación, o medio para conocer a Dios/La Diosa; mientras que al mismo tiempo pretenden no hacerlo. En otras palabras, son extremadamente buenos vendedores que usan a Dios como anzuelo, a fin de ser personalmente reverenciados como el único medio de realmente conocer a Dios/La Diosa.
Siempre hay una agenda egocéntrica escondida o secreta en estas Almas, enmascarada por cualquiera sea la enseñanza espiritual o religiosa que representen. Ejemplos, en la historia moderna reciente, serían Bagawan Rajneesh (Osho), Claire Prophet, ZZ Knight (Ramtha), Da Free John, Rasputin, y otros similares.
Al evolucionar el Alma a través de este sub-estadio, finalmente se da cuenta de la naturaleza de esta impureza en la raíz. Como resultado, experimenta una culpa “natural” Esta culpa es luego usada por el Alma para ocasionar su propia caída, a fin de expiar esta culpa. Esta caída puede producirse de distintos maneras, dependiendo de la naturaleza específica de la vida circunstancial que el Alma ha generado. Esta caída, causada por la culpa y la necesidad de expiarla, sirve así como el desarrollo evolutivo final que permite al Alma evolucionar hasta el tercer sub-estadio dentro del estado espiritual.
c) el tercer sub-estadio del estado Espiritual: En el sub-estadio final dentro del estado espiritual el Alma está, finalmente, y firmemente, identificada con aquello que la ha creado: La Fuente De Todas Las Cosas. El centro de gravedad de la conciencia finalmente se ha centrado dentro del Alma, no en el ego subjetivo creado por el Alma. En este punto en la evolución del Alma, toda la evolución subsiguiente de esta etapa final se enfocará en la eliminación de cualquier deseo de separación que el Alma tenga todavía. Debido a este desplazamiento final de la conciencia al Alma misma, el Alma está interiormente sintonizada con la Fuente de Todas Las Cosas de tal manera que se percibe a sí misma como una manifestación singular de la Fuente. Simultáneamente, el Alma percibe a todos los demás, a toda la Creación, como manifestaciones de la Fuente.
Así, las respuestas internas y externas del Alma a la vida misma, la forma en que entiende e interpreta la vida, como llega a entender la naturaleza de la vida que está actualmente viviendo, como entiende el propósito de su vida actual, y como llega a tomar decisiones respecto a la vida que está viviendo, todo se basa en esta sintonía y alineación interior con Aquello que lo ha creado.
Al comenzar la evolución en este sub-estadio final el Alma siente y sabe internamente que está aquí para servir a La fuente de algún modo. Sabe que no puede usar la vida sólo para sí misma. Sabe que no puede vivir sólo para sí misma. Sabe que tiene un tipo de trabajo que hacer en nombre de La Fuente. La conciencia del Alma en este punto está enteramente estructurada para dar a los demás, y para dar puramente, sin ninguna agenda o motivo ulterior involucrado. La naturaleza del trabajo siempre involucrará de algún modo el tema de la enseñanza o la sanación.
Debido a que el Alma está ahora conscientemente identificada con La Fuente, la naturaleza misma de la vibración propia de las Almas irradia de tal modo que muchos otros se ven atraídos a ella como un imán. Muchas otras Almas se ven atraídas magnéticamente a estas Almas porque también reflejan e irradian una sabiduría fundamental sobre la vida, o una compasión profunda frente a la “condición humana”. Esto se produce debido a que, después de todo, estas Almas han hecho un viaje evolutivo muy largo, que los ha llevado a través de casi cualquier experiencia de vida imaginable.
Tales Almas son naturalmente muy sencillas, naturalmente humildes, y no tienen deseos de ningún tipo de aclamación a sus egos. Más bien al contrario: se apartan de esas cosas y siempre recuerdan a cualquiera que trate de darles aclamación de algún tipo por lo que hacen, que todas las cosas vienen de Dios, o La Fuente. Sólo apuntan el camino “a Casa”, nunca hacia sí mismos.
A la inversa, estas Almas pueden también atraer hacia sí a otros que proyectan sobre ellos todo tipo de juicios, motivos, intenciones, sobre “quién realmente son”, y persecución al por mayor. La razón por la que esto ocurre es porque la naturaleza misma de estas Almas es fundamentalmente pura, y llena de Luz Interior de la Fuente. Como resultado, su propia luz interior tiene el efecto de exponer las impurezas de los otros, de la realidad actual de los otros, versus la persona que han creado; de las intenciones y motivos reales de los otros. Por ello, quienes realizan este tipo de proyecciones se sienten amenazados por este tipo de Almas, porque saben que ellos mismos son fundamentalmente deshonestos, y que están dedicados a conseguir que otros crean en la persona que están creando para esconder su verdadera realidad/agendas. El sentirse amenazados ocasiona que este tipo de personas manifieste esta clase de conducta (proyecciones) sobre estas Almas.
Al comienzo de este tercer sub-estadio, la naturaleza del trabajo que el Alma realice, el número de personas que está destinada a ayudar de alguna forma a través del vehículo de la enseñanza o la sanación, es relativamente reducido y limitado al área inmediata de la comunidad en que viven. Progresivamente esto evoluciona desde una aplicación limitada a círculos cada vez mayores, en los que el trabajo en nombre de La Fuente aumenta.
Al final este círculo creciente incluye a todo el mundo. Y al término mismo de la evolución en esta sub-división, el Alma será recordada por innumerables otros mucho tiempo después de su muerte física-la naturaleza de su vida, y sus enseñanzas. Ejemplos de este tipo de Almas son “individuos” como Jesús, Yogananda, Lao-Tse, Budha, Mahoma, Santa Teresa, y otros.
Es importante recordar, nuevamente, que estas son las condiciones evolutivas naturales que reflejan la realidad actual de todas las personas en la Tierra. Para cualquiera que desee usar la Astrología Evolutiva, es esencial que haga las observaciones necesarias de cualquier persona para determinar su estado evolutivo, y para luego orientarse a la carta natal de manera acorde. De nuevo, una talla no sirve para todos los tamaños.
En términos astrológicos, el estado individuado se correlaciona con Urano, por cuanto el Alma ahora desea liberarse o rebelarse contra el estado de consenso respecto al que ahora evoluciona alejándose de él. En vez de que el Alma quede definida por el consenso sobre cómo moldear su sentido de la realidad en general, y su identidad personal específicamente, el Alma desea ahora descubrir quién y qué es, en forma independiente de ese condicionamiento.
Antes señalamos que si el Alma estaba en el estado de consenso y el científico declaraba que “la astrología es un fraude”, ésta sería automáticamente la creencia de estas Almas en el estado de consenso. Si el mismo científico declara esto a un Alma en el estado individuado, la respuesta más bien sería “no gracias, prefiero pensar por mi cuenta”.
Las Almas en este estado evolutivo se siente interiormente “diferentes”: diferentes de la mayoría de la sociedad y país de nacimiento. Debido al deseo de liberarse del consenso, la conciencia del Alma en este estado se expande progresivamente para incluir todos mayores, marcos de referencia cada vez mayores.
Esta expansión de la conciencia comienza porque el Ama no pude ya identificarse con el consenso de la sociedad de nacimiento. Como resultado el Alma siente ahora un progresivo desapego respecto a la sociedad: como si estuviera afuera, mirado hacia dentro. Esto permite al Alma “objetivarse” en cuanto a su conciencia personal y auto-percepción.
Al rebelarse contra las creencias, valores, morales, el significado de la vida, etc., del consenso, el Alma comienza a cuestionar aquello que la mayoría de las personas asumen y acarician respecto a qué es la realidad, etc.
Como resultado, el Alma comienza a experimentar, mediante la investigación de otras maneras de mirar y de comprender la naturaleza misma de la vida. Esto es un reflejo del pensamiento independiente que caracteriza este estado evolutivo. Y es a través de este pensamiento y esta investigación independiente de todo tipo de formas distintas de entender la vida, incluyendo las ideas, creencias, y filosofías de otras tierras, otras culturas, lo que permite una expansión siempre en aumento de la conciencia, y en consecuencia, de la auto-conciencia. Como resultado de esto, estas Almas ya no se sienten “en casa” en su propia tierra, en su país de nacimiento.
a) En el primer sub-estadio del estado individuado, el Alma típicamente intentará compensar su sentimiento de ser diferente o de no pertenecer al consenso, y el sentimiento de alienación, tratando de parecer normal. Esta compensación lleva a que el Alma estructure su realidad exterior de forma muy similar a las Almas en el estado de consenso: trabajos normales, amigos normales, apariencia normal, etc.
Sin embargo, internamente sienten y saben que ya no pueden identificarse con esta realidad compensatoria que intentan sostener. Esta compensación se manifiesta en este sub-estadio debido a que el Alma acaba de salir, precisamente, del consenso. Así, provee una sensación de seguridad, respecto al sentimiento de estar desapegado y ser diferente. Debemos recordar que para la mayoría de las personas la sensación de seguridad es una función de la constancia, de la auto-consistencia. Y la auto-consistencia es una función del pasado. Como resultado, la compensación se manifiesta como una reacción a este sentimiento nuevo y creciente de ser diferente, de no pertenecer ya más al consenso. Este sentimiento crea una sensación de inseguridad en este primer sub-estadio, porque es totalmente nuevo. El Alma no ha estado aquí antes. Sin embargo este acto de compensación crea muy realmente el “estar viviendo una mentira”.
Incluso cuando tiene lugar este comportamiento compensatorio, el Alma, sin embargo, estará cuestionando todo en la profundidad de sí misma, en la privacidad de su vida interior. Típicamente leerá todo tipo de libros que contengan ideas que van más allá de la “norma” definida por el consenso. Muchos, dependiendo de sus posibilidades culturales, tomarán clases o harán talleres sobre estas ideas u orientaciones. Algunos buscarán entornos “alternativos” para encontrar y formar lazos con otros de mentalidad afín-otros que se sientan como ellos.
Esta conducta compensatoria progresivamente comenzará a ceder, a involucionar, en tanto el Alma evoluciona dentro de este sub-estadio. El Alma se distanciará progresivamente del consenso y comenzará a formar relaciones con otras Almas alienadas como ella misma. Debido a la necesidad de tener un trabajo o un empleo, la mayoría de estas Almas o bien harán cualquier tipo de trabajo para arreglárselas, sin identificarse de ningún modo con este trabajo, o bien actualizarán un trabajo individualista y simbólico de su propia individualidad.
b) En el Segundo sub-estadio del estado individuado, el arquetipo subyacente de Urano, en su relación con la rebelión, se encuentra en su máxima expresión. Esta rebelión es tan extrema que el Alma ahora ha “tirado lejos” casi todas las ideas o filosofías que antes haya tenido, sobre cualquier nivel de la realidad. Tales Almas terminan en una especie de vacío existencial, y típicamente se desconectan junto con otras Almas igualmente alienadas, lo cual tiene el efecto de reforzar el estado total de rebelión respecto a la totalidad de la realidad, con excepción de la realidad hora definida por ese vacío existencial.
Estas Almas exhiben ahora un profundo temor a integrarse en la sociedad de cualquier manera, un temor que les sugiere que si lo hacen, esa sociedad o realidad absorberá su duramente ganada (a lo menos así lo sienten) individualidad, que en esta etapa está definida por el acto de rebelarse.
Como resultado, estas Almas típicamente se agrupan en la vanguardia de la sociedad, arrojando bombas atómicas de crítica hacia la sociedad, a fin de reforzar su sentido de estar personalmente en lo cierto, que queda definido por la alienación respecto al consenso. Debido a la ley natural de la evolución (que siempre viene precedida por una involución), en algún punto estas personas se dan cuenta de que su temor a integrarse en la realidad, en la sociedad, no es más que eso: sólo temor. Una vez que toman conciencia de ello, comienzan a hacer el esfuerzo de integrarse de vuelta en la sociedad, pero con su individualidad intacta. Al tomar conciencia de esto, el Alma evoluciona hacia el tercer sub-estadio.
c) en el tercer sub-estadio del estado individuado, el Alma comenzará a manifestarse dentro de la sociedad o de la realidad como una persona verdaderamente única y dotada, desde el punto de vista del consenso.
Esto significa que tales Almas tendrán de algún modo algún don o capacidad única, para ayudar al mismo consenso a evolucionar, mediante la integración de esa capacidad o don dentro del consenso. Sin embargo estas personas no se sentirán interiormente identificadas con el consenso: interiormente están muy lejos de él. La conciencia de estas Almas progresivamente se ha expandido a través del estado individuado de tal manera que son conscientes del mundo entero y de la relatividad de las creencias, valores, morales, etc. Como resultado, se sienten interiormente “ciudadanos del mundo” mucho más que ciudadanos de su país de nacimiento.
La ponderación interior de la naturaleza misma de la existencia, la naturaleza de la Creación, la naturaleza de quién “realmente” son, define esencialmente la naturaleza de sus conciencias. Progresivamente, estas personas comienzan a abrir realmente sus conciencias a lo universal, el cosmos, a Dios/La Diosa. No el Dios definido por las religiones del consenso, sino el verdadero Dios/Diosa. Un ejemplo perfecto en la historia reciente de tales Almas es Albert Einstein. Otro sería Howard Hughes.